jueves, 30 de enero de 2014

La traición

"Hijo mío...¿tú también?". Esa dicen que fue la reacción de Julio César al descubrir que su protegido Bruto estaba metido en la conspiración que al final acabaría con su vida. La traición es tan vieja como la humanidad y como vieja receta, se suele cocinar siempre de la misma manera. Primero viene la exaltación de la fidelidad, como si el traidor necesitara reafirmarse antes de cometer la fechoría. Después el abrazo confiado por parte de la víctima. Y finalmente, el beso de Judas, auténtico preludio de la oscuridad.



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